¿Qué quiere decir Hebreos 6:1-8 y 10:26-27?

Pregunta: En nuestra iglesia nos propusimos estudiar la epístola a los Hebreos. Para nosotros que somos “hombres sin letras y del vulgo” es un riesgo. Pero queremos ocuparnos con toda la Palabra de Dios y no solo con libros individuales. Es evidente que haciéndolo nos toparemos con varias preguntas difíciles de contestar. Sobre todo quisiera saber su pensamiento personal acerca del capítulo 6:1-8 y 10:26-27. ¿Puede un creyente, un hijo de Dios, perderse nuevamente?

Respuesta: Hebreos 6:1-8 habla de la herencia y no de la salvación que recibimos por la fe en Jesucristo. Por eso el apóstol concluye con la figura de la tierra con los espinos y cardos que es reprobada diciendo: “Está próxima a ser maldecida”. Esto, por tanto, no significa que tales personas sean maldecidas. Hebreos 6:1-8 está en la misma línea de 1 Corintos 3:15: “Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego”.

También la advertencia estremecedora y seria de Hebreos 10:26-29 hay que verla a esta luz. Para un creyente debe ser terrible salvar nada más que la vida y no ser vencedor. Estando aquí en la Tierra, en el cuerpo, la vida de un hijo de Dios así, puede ser ya una espantosa espera del juicio. Pablo habla de esto en 1 Corintios 5:5: “el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne”.

Todas estas exhortaciones nos han sido dadas para guardarnos de perder la herencia. No tenemos idea de cuán terrible será ser desheredado. También Romanos 8:17 habla de la herencia: “Y si hijos, también herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él,para que juntamente con él seamos gloficados”. El coheredar, por lo tanto, no es algo automático para un creyente. Seremos elevados a la gloria solo si realmente andamos por el camino en pos del Cordero. Pero esto no tiene nada que ver con la vida eterna que es imperdible para cada hombre renacido.

El “pecado de muerte” que se menciona en 1 Juan 5:16 no es, como opinan algunos, el pecado contra el Espíritu Santo. Mas hay “pecado de muerte” para hijos de Dios, como acabamos de mencionar: son pámpanos infructíferos y el Señor los quita, pierden su vida. Por ejemplo, en el caso de fornicación, cuando el creyente en cuestión no quiere dejar de practicarla a pesar de haber sido exhortado, o cuando no deja de calumniar a otros hermanos, a siervos y siervas de Dios. Estos pecados pueden llegar a ser “pecados de muerte”. Cuando es así, el Señor lo sabe. Por el llamado inequívocamente claro: “Si alguno viere a su hermano cometer pecado…” la Palabra de Dios quiere decirnos: si nosotros nos damos cuenta de que un hermano o una hermana vive en pecado o ha pecado y que no es un “pecado de muerte” sino uno que todavía puede ser perdonado, entonces el Espíritu de Dios nos dice: “Tú tienes ahora la tarea de orar por él (por ella)”. En este caso no podemos esquivarnos porque el Señor nos habla siempre tan claramente por Su Espíritu Santo que sabemos lo que debemos hacer. Es esto lo que implican las palabras: “Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá..” También hay que prestar atención a que no somos llamados aquí a exhortar al hermano que anda equivocado sino a orar por él. ¡Deberíamos hablar más con Dios sobre los hermanos que están equivocados, que hablar con los hermanos equivocados sobre Dios!

Wim Malgo

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