¿Quién es el “espíritu malo del Señor”?

Pregunta: Me confunde lo escrito en 1 Samuel 18:10 y 19:9. Estos pasajes afirman: “...el espíritu malo de parte de Jehová vino sobre Saúl”. Lo demoníaco en el hombre, pues, es satánico, y lo divino en el creyente es de parte de Dios, de Su Espíritu Santo. ¿Hay que comprenderlo de un modo semejante como en el caso de Job: Satanás lo puede hacer bajo el permiso de Dios?

Respuesta: 1 Samuel 18:19 y 19:9 tienen que ver con la creciente envidia en el corazón de Saúl para con David (cfr. 1 Samuel 18:6-8). Pero “el espíritu malo de parte de Dios” que vino sobre Saúl era un ángel de juicio que apartó a Saúl del Espíritu del Señor. No conviene hacer aquí una comparación con la aflicción de Job a quien Satanás podía golpear porque Dios lo permitió. Job no vivía en desobediencia como lo hacía Saúl. Saúl, el ungido del Señor, por su repetida desobediencia de la cual nunca se arrepentía de verdad, perdió al Espíritu Santo. Al principio pasó por un juicio espiritual, una clase de ofuscación interior. Es instructivo ver lo siguiente a esta luz: cuando David, el nuevo ungido del Señor, que iba a ser el sucesor de Saúl, tocaba el arpa delante de él, ese ángel de juicio o sea, ese “espíritu malo de parte de Dios” se apartaba de él. Por la presencia de David, el corazón de Saúl otra vez fue alumbrado temporariamente pero no se arrepintió. W.M.

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