¿Abrogó el Señor Jesús la ley?

Pregunta: ¿Fue abrogada la ley totalmente o en parte? Si en parte, ¿qué parte o partes y por qué? Mas si la ley sigue teniendo validez, ¿por qué es predicada tan pocas veces?

Respuesta: La ley no ha sido abrogada, ni en parte ni en su totalidad. Dios no revoca Sus mandamientos porque Su voluntad es eternamente inmutable. Pero el hombre es impotente e incapaz de guardar la ley, como está escrito en Romanos 8:3: “Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne”. Y después sigue la maravillosa conclusión en el versículo 4: “para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros”. Preste atención por favor a las palabras “en nosotros”. No se dice “por medio de nosotros” porque la ley nunca puede ser cumplida por nosotros. Al contrario. La Escritura aun dice en Gálatas 3:11a: “Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente”, por lo que dice el versículo 10: “Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición”.

Ahora puede que usted pregunte: ‘¿Cómo combina esto si Dios no abroga Su exigencia?’ La respuesta es: lo que nosotros no podíamos hacer lo hizo Jesús. Dice con gran énfasis: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar sino para cumplir” (Mateo 5:17). El que recibe a Jesucristo en su corazón como lo dice Juan 1:12, experimenta algo maravilloso: es justificado delante de Dios ya que Cristo en él es el cumplimiento de la ley (Efesios 3:17). En fin, ¿para qué servía la ley? También en cuanto a esto la Escritura da una respuesta inequívocamente clara en Gálatas 3:24: “De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe”. La exigencia de la ley perfecta de Dios lleva al hombre a Jesús. En su desesperación exclama: “Abrígame en ti, fuerte Redentor, abrígame en ti”. ¿Cómo nos redimió Él de la exigencia y de la maldición de la ley? Gálatas 3:13: “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)”. Por eso el hombre creyente en Jesús puede regocijarse: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Rom. 8:1).
W.M.

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