¿Es correcta la traducción “Si alguno viene a mí, y no aborrece...”
Pregunta: Usted citó en un artículo Lucas 14:26: “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, hermanos, y hermanas…” esto sería en contradicción con el quinto mandamiento: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da” (Ex. 20:12). La traducción de Lucas 14:26 del arameo reza literalmente en forma correcta: “si alguno viene a mí, y no pone en último lugar a su padre, y su madre, y sus hermanos, y sus hermanas, a su esposa e hijos y también a su propia persona, no puede ser Mi discípulo”.
Respuesta: Nosotros conocemos también la traducción aramea del Nuevo Testamento. Consideramos su observación respecto a Lucas 14:26 como algo muy valioso. Y esto aún más porque nuestro mismo Señor hablaba arameo. Seguramente es obvio que nuestro Señor no usó la palabra “aborrecer” en el sentido tan negativo como uno podría comprenderla al leer la traducción: “Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos y hermanos...” sino así como lo entiende el arameo, más bien que nuestra vida se trate a fin de cuentas de “quién tiene la prioridad más alta en nuestra vida.” ¿Puede usted decir de todo corazón junto con Pablo: “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor” (Fil.3:8a), y testificar juntamente con él: “para mí el vivir es Cristo” (Fil. 1:21), aferrándome con él al hecho de no querer saber nada distinto que solamente Jesucristo el crucificado (1 Co. 2:2)? Esto significa entonces que tengo que “poner en el último lugar”, o sea, “aborrecer” a todas las personas y todas las cosas, qué y quienquiera que sean, por causa de la persona de Jesucristo.
Wim Malgo