¿Deprimido a pesar de haber sido perdonado?

Pregunta: Cuando era joven, pequé gravemente, y ahora no consigo asimilarlo. Si bien el Señor me perdonó, sufro de depresión por causa de mi pasado.

Respuesta: Querido hermano, ¿no cree usted en el poder de la sangre de Jesús que no solo cubre todo pecado, sino que lo borra tan completamente como si no hubiera existido nunca? ¡No es nada bueno que usted se deje determinar en sus sentimientos por el pasado! El Señor exige de nuestra parte lo escrito en Isaías 43:18: “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas”. En el mismo libro del profeta, en el capítulo 43:24 dice que pusimos sobre él la carga de nuestros pecados y que le fatigamos con nuestras maldades, pero sigue diciendo: “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados”. Lo mismo en otras palabras, en Isaías 44:22. ¡Y lea también con esmero la última frase de Jeremías 31:34!

Entonces si es Dios el Señor el que le asegura de esta manera, repetidas veces, que Él ya no se acuerda de sus pecados –ya que la preciosa sangre de Jesús es todo suficiente– y los borró todos, ¿cómo puede usted contristar al Señor por estar deprimido? Esto, en el fondo, no es otra cosa que dudar de Sus promesas. Por eso, ¡comience sin tardanza a agradecer al Señor de todo corazón por el pleno perdón! En Cristo, usted está delante de Dios como una persona que no ha pecado nunca –¡blanca como la nieve! ¡Romanos 8:1 es una realidad!: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”. Por eso, le ruego cordialmente que tome la posición de Pablo por fe, de ese apóstol quien, meramente desde el punto de vista humano, hubiera tenido realmente razón de estar deprimido por su pasado terrible. Pero, con vista a la obra consumada de Jesús, exclamó. “…olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Fil. 3:13-14). Haciendo esto, usted será separado definitivamente de su pasado y con esto también de su depresión. Seguramente, usted estará también vacilante en su vida sentimental. Lea la Palabra de Dios en actitud de oración para que compruebe, también en su vida, la eficacia descrita en Hebreos 4:12. De esta manera, su alma y espíritu serán separados cada vez más profundo y los sentimientos de depresión ya no podrán dominarlo. El Señor Jesús dice en Juan 15:11: “Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido”.

Ahora también recomendamos el librito Esperanza en la depresión del mismo autor.

W.M.

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