Tu lista de deseos

Norbert Lieth

¿Buscas la paz? ¿Un mundo ideal? ¿Liberación? ¿Seguridad? Uno te puede dar todo esto y más. Una invitación. 

Noche Buena está a las puertas, y la expectativa de los regalos de navidad va en aumento. La gente regala y se deja regalar, porque regalar brinda alegría. Adultos y niños han escrito sus listas de deseos en papel o también solo en sus corazones.

A partir del siglo XVII, aproximadamente, se comenzó a desarrollar la costumbre de escribir una lista de deseos al Niño Jesús y en tiempos modernos a papá Noel. Es interesante que la lista de deseos se asociaba con Cristo, como si el hombre sospechara que los anhelos verdaderamente profundos solo podrían cumplirse a través de Él. Y sin exagerar, Jesús es el fenómeno más espectacular en toda la historia humana.

Cuando nació, un mensajero del cielo anunció: “os ha nacido hoy, …un Salvador, que es CRISTO el Señor”. Ese es el deseo de muchas personas: tener un Salvador, y Dios nos lo da. 

¿Deseas la paz?
Se veía tan bien. La Guerra Fría había terminado, el mundo se abocó al desarme. La gente creía en las posibilidades humanistas de tener todo bajo control. Nos columpiábamos en los sueños de un mundo ideal. 

Pero de la noche a la mañana, la realidad nos alcanzó. De repente, nos sacaron de nuestros sueños y vimos con los ojos bien abiertos lo inerte que es el mundo, lo vulnerable, lo cruel, lo pecaminosamente corrupto.

Sentimos instintivamente que la paz se acabó, y hace tiempo que no vivimos en un mundo ideal. Los anclajes del sistema ya no se sostienen. La humanidad está llegando a sus límites. Se avecinan escenarios apocalípticos. Jesús profetizó en Lucas 21:25: “En la tierra, las naciones estarán angustiadas y perplejas” (NVI).

No solo las naciones, sino también en el terreno personal hay angustia, perplejidad. Una y otra vez nos desilusionamos. No hay paz en el matrimonio, en la familia, no hay paz en el barrio, no hay paz en las calles y no hay paz en nuestros propios corazones. Muchos están desesperados y no saben cómo seguir. ¿Hay algún lugar donde puedas encontrar sosiego? ¿Puede alguien satisfacer tu deseo de paz?

Cuando Jesucristo vino al mundo, aparecieron los ángeles y alabaron a Dios diciendo: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lc. 2:14).

Esta paz comienza como una experiencia personal. A lo largo de la historia y en todas las naciones, las personas que se han abierto a Jesús, de todas las clases sociales, han encontrado paz y fuerza en el Evangelio de Jesucristo. 

Y para el mundo esto significa que las cosas no se quedarán como están. ¡Jesús viene de nuevo y traerá la paz! Únicamente el Todopoderoso es capaz de salvar este planeta, y solo Él es capaz de salvarte a ti.

El que dijo: “En la tierra, las naciones estarán angustiadas y perplejas”, dijo también en el mismo capítulo: “Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria” (v. 27).

No es un cuento de hadas cuando la Biblia nos proclama que viene un tiempo en el que la paz reinará en todo el mundo a través del gobierno de Jesús. Las naciones dejarán de tomar las armas para resolver sus conflictos. Tan cierto como que Cristo vino una vez a esta Tierra, así de cierto es que también volverá. 

¿Desea liberarse del miedo?
Cuando Jesús vino a la tierra, también se dijo: “Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo” (Lc. 2:10).

La gente sufre de ansiedad; y ella puede ser una señal de que algo va mal con el alma, de la falta de algo esencial. 

Hay muchos tipos de miedo: miedo existencial, al futuro, a envejecer, a la muerte, al después, a ser descubierto, a ser juzgado, a la separación y miedo a la culpa. ¿Quién me quita el miedo, y me da seguridad y protección?

Jesús dice: “No temas. Sólo debes creer.” (Mc. 5:36 RVC). 

En el mundo tenemos miedo, y este mundo nos asusta porque es imprevisible. Pero Jesús da seguridad. Dice: “Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo” (Jn .16:33).

¿Deseas liberarte del pasado negativo?
Cuando nació el Hijo de Dios, José y María le pusieron el nombre Jesús, porque el ángel le había dicho a José: “…llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt. 1:21).

El nombre Jesús significa: “Dios es salvación”. Él verdaderamente puede salvar. Salva de una conciencia cargada de culpa, de todos los pasos en falso y las malas acciones, de un pasado herido y de todo sufrimiento espiritual. Y Cristo puede darte una nueva vida.

Jesús asumió la culpa de cada ser humano en la cruz y la pagó por completo. Resucitó de la muerte y vive. Quien cree en Jesús ya no está condenado, y vale la pena invocarlo en oración. 

¿Deseas una certeza más allá de lo terrenal?
Nadie puede vivir sin esperanza; pero, ¿quién nos la da? Ninguna institución terrenal, por muy buena que sea, ofrece tanta esperanza para el mundo como el Evangelio de Jesús, pues se fundamenta en su resurrección. 

Jesús dice de sí mismo que Él es la verdad, que nunca podría ser acusado de mentira, promete vida eterna en su presencia a todo aquel que cree en Él:

“De cierto, de cierto les digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no será condenado, sino que ha pasado de muerte a vida.” (Jn. 5:24 RVC).

No creo que se pueda decirlo más claro que eso.

¿Deseas la paz? 
–Jesús regala paz.

¿Deseas un mundo perfecto? 
–Vendrá cuando venga Jesús.

¿Deseas la liberación? 
–Jesús regala libertad.

¿Deseas tener certeza? 
–Jesús te la da.

Dios quiere darte un regalo, pero un regalo debe ser recibido —¡decídete a recibir a Cristo hoy!

 

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