Fuerza espiritual para cada día
“Como oveja a la muerte fue llevado; y como cordero mudo delante del que lo trasquila, así no abrió su boca.” Hechos 8:32
Jesús es llamado Cordero con el objetivo de revelar Su naturaleza al mundo. Un cordero es una figura de inocencia y pureza. Jesús es un hombre real en todas los aspectos: “Fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.” Podemos reconocer que, en realidad, se hizo un hombre de carne y hueso como todos los demás, a través de Su profunda humanidad: Derramó lágrimas, tuvo hambre, tuvo sed, se sintió cansado; fue tentado por Satanás - ¡pero no pecó! Por eso, es llamado el Cordero de Dios. Porque Jesús era puro, Su sangre - única y exclusivamente Su sangre, purifica de todo pecado.
Es llamado Cordero de Dios para que nos muestre el camino. El vino a esta Tierra con un objetivo que Dios le había asignado con claridad, el cual era morir por nuestros pecados. “El Cordero que fue inmolado es digno” A él no le sorprendió su ejecución, ya que dice con santa determinación: “... para esto he llegado a esta hora.” Entregó Su vida voluntariamente y, al hacerlo, reveló su índole como cordero, el cual sabe cuando ha de ser sacrificado.