Fuerza espiritual para cada día
“He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” Juan 1:29
Quien comprende estas palabras en todo su esplendor, conoce el camino a la vida eterna. El Cordero de Dios es el centro del mensaje bíblico. En toda la Biblia encontramos al Cordero, el cordero perfecto: “Entonces puso Abraham siete corderas del rebaño aparte.” Siete es el número de la perfección divina. Los siete corderos de Abraham señalan al don perfecto de Dios, Su Hijo, el Cordero.
David y toda la congregación ofrecieron mil corderos al Señor. Eso es diez por diez por diez. En las Escrituras, el número diez es un símbolo de toda la humanidad. Jesús, el Cordero que cargó los pecados de todo el mundo, también es el Cordero para cada pobre pecador. Como ya fue dicho, El no es solamente el Cordero para todo el mundo, sino que lo es, en especial, para ti, que tienes consciencia de tu propia miseria y perdición. Juan el Bautista predicó el arrepentimiento para perdón de pecados a una gran multitud. Entonces, en ese día vino la plenitud de los tiempos, lo que hizo que se detuviera repentinamente, señalando a un hombre que, en medio de la multitud, estaba escuchando atentamente. Todos le miraron y Juan exclamó: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.”