Fuerza espiritual para cada día
“Y he aquí, un hombre de la multitud clamó diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo, pues es el único que tengo; y sucede que un espíritu le toma, y de repente da voces, y le sacude con violencia, y le hace echar espuma, y estropeándole, a duras penas se aparta de él.” Lucas 9:38-39
Existe una gran variedad de problemas familiares. Jesús, así como lo fue durante Su tiempo en la tierra lo sigue siendo hoy en día, superior a todos los problemas de familia. Esta verdad era bien conocida por el padre de aquel muchacho y, por eso, se lamentó frente a Jesús por su aflicción. Nadie fue capaz de solucionar esta problemática familiar, solamente Jesús podía ayudar. ¡Y bien que ayudó! “Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y se lo devolvió a su padre.” También hoy en día, Jesús quiere ayudarnos en cada problema familiar, ya sea que ese problema sea la culpa nuestra o de algún extraño.
En cada situación tú puedes hablar con Jesús sobre el asunto; habla con El como hizo aquel padre afligido. Si el Señor no interviene inmediatamente, no te desanimes. Continúa hablando con Jesús sobre tus problemas familiares. El te oirá, y movido por Su misericordia se revelará una vez más como Aquél que es superior a todas las cosas. El Señor no te rechazará, ya que El mismo dice: “...al que viene a mí, no le echo fuera.”