Fuerza espiritual para cada día
“Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.” Juan 14:13
¿A quién debemos invocar en la oración? El mismo Señor Jesús nos dice, claramente, que debemos orar al Padre en Su nombre. Por eso, El continuamente señalaba al Padre. Dios es el objetivo, y el Hijo es el camino que nos conduce al mismo. Esta fue la meta de los sufrimientos del Señor Jesús: “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios.” ¿No es este también el camino por el cual nosotros debemos andar? No existe otro camino. Unicamente por la sangre de Jesús se nos concede el privilegio de entrar al lugar santísimo, hasta la presencia de Dios. Y Jesús nos enseña a orar: “Padre nuestro que estás en los cielos.” También Pablo nos muestra ese camino: “Doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo.”
Sin embargo, también confesamos que Jesús es el Señor. Nos revestimos de El y esperamos Su venida. La gracia de Dios nos fue otorgada en Jesucristo. Entonces, considerando estos razonamientos, ¿no podemos también orar directamente al Señor Jesucristo? ¡Sí! El mismo dice: “El que me ve, ve al que me envió.”