Fuerza espiritual para cada día
“Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.” Hebreos 7:25
¿Puede un hijo de Dios perder la salvación? Aquel que se convierte al Señor Jesucristo está sellado con el Espíritu Santo de la promesa, que es una garantía para el día de la salvación. El Espíritu Santo nos conduce a toda la verdad. Una persona que recibió al Espíritu Santo está a salvo para toda la eternidad. El Señor Jesús dice en Juan 10:28 que nadie quitará las ovejas de Su mano, y subraya en el versículo 29: “nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.” Con todo, puede surgir la pregunta: ¿Y si yo caigo en pecado, aún estando en la maravillosa condición de hijo de Dios? Juan responde: “Y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.” El renacido está a salvo de la culpa del pecado y del poder del pecado, pero aún no está a salvo de la presencia del pecado. La Biblia advierte, con insistencia, que podemos perder la “segunda bendición” por causa de una desobediencia consciente. La “primera bendición” es la vida eterna, la “segunda bendición” es el galardón que recibiremos. Ahora, esta segunda bendición, la “corona” o la “herencia”, tan sólo la recibiremos por medio de un fiel discipulado de Jesús.