Descripción del producto
¡Los hombres no lloran! Esto se nos es enseñado desde temprana edad, pero no es la verdad ni la realidad. Muchos lloran por dentro y nadie los ve. En la Palabra de Dios encontramos un número relativamente grande de pasajes que nos hablan de llorar y de lágrimas. Uno de los pasajes más ejemplares es Salmo 56:8: "Tu llevas la cuenta de todas mis angustias has juntado todas mis lágrimas en tu frasco; has registrado cada una de ellas en tu libro". Dios si las tiene contabilizadas.
Dios puede convertir nuestro llanto en gozo y según Apocalipsis 21:4 dice: "Él les secará toda lágrima de los ojos", y que ya no habrá llanto en el cielo.
Este es el panorama futuro. ¿Pero qué hago con mis angustias y llantos aquí y ahora? Dios no nos quita el sufrimiento. En el Salmo 84, el autor nos demuestra que todos nosotros lloramos, pero de nosotros dependerá si transformamos este "Valle de lágrimas" en manantiales de vida, porque nos fortalecemos en el Señor y no nos apoyaremos en nuestras propias fuerzas. ¡No llores! ¡Hay una solución!