Fuerza espiritual para cada día
“Y me seréis varones santos.” Exodo 22:31
Observemos con más atención la expresión “Santidad a Jehová.” La misma debía ser grabada en una lámina de oro. En la Biblia, el oro representa, en forma figurada, la gloria de Dios. Aquél que es santo y vive en santidad revela, aún en forma inconsciente, la naturaleza de Dios, que es gloriosa.
La lámina de oro con la inscripción: “Santidad a Jehová.” tenía que estar puesta sobre la frente, porque allí es donde está la cuna de los pensamientos humanos, de donde parten las decisiones. Allí, en la raíz misma de la personalidad, el Señor coloca Su mano y al mismo tiempo graba Su sello: “Santidad a Jehová.” Esa “Santidad a Jehová.” estaba grabada en la lámina sobre la frente “como grabadura de sello.” Algo que está grabado representa un hecho consumado que no puede alterarse. Es como si con eso el Señor sellase a su siervo, con lo cual estaría diciendo al mundo visible e invisible: “El es mío.” La lámina del sumo sacerdote Aarón estaba en un lugar donde todos podían verla y leerla. Aarón por tanto, no necesitaba decir: “Soy del Señor”, porque eso ya se veía en él a simple vista. Los verdaderos santificados hablan más fuerte por su naturaleza que por sus palabras; ellos son cartas legibles de Cristo, leídas por todos los hombres.