Fuerza espiritual para cada día
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.” Filipenses 3:20
Pablo dice aquí: “Nuestra ciudadanía está en los cielos” y, además, en la misma frase, también menciona la meta de ese andar: “... de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.” Andar en el cielo mientras aún estamos aquí en la tierra es el primer escalón hacia nuestro arrebatamiento: “El cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.” Como ya sabemos, el Señor Jesús, en Su ascensión al cielo nos llevó juntamente consigo. Ninguno de los comprados con Su sangre quedará atrás, pues somos miembros de Su cuerpo y formamos el cuerpo de Jesucristo. Por eso, está escrito que “Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.” Este acontecimiento de transformación y arrebatamiento está muy cercano. Si tu comunión con el Señor está interrumpida, ve ahora hacia El para obtener la purificación en Su sangre y para que estés en condiciones de seguir rumbo a Su encuentro, con júbilo y alegría, cuando El vuelva.