Fuerza espiritual para cada día
“Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.” Efesios 1:22-23
Atendamos a las repetidas expresiones “todas las cosas”, “sobre todas las cosas”, “todo lo llena en todo”. Aquí vemos que el triunfo de nuestro Señor fue representado por su ascensión al cielo. Realmente, la ascensión del Señor fue el triunfo definitivo sobre todo el poder de Satanás. Observemos el profundo y glorioso significado de este acontecimiento. Antes de cualquier otra cosa, la ascensión de Jesús significó el fin de su humillación, pues, en ocasión de su ascensión, se cumplió la palabra: “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre.” Si un día somos coronados de gloria, eso será porque nos humillamos como el Señor Jesucristo, nos humillamos con El, identificándonos plenamente con Su manera de ser. El glorioso significado de la ascensión del Señor Jesús nos es revelado en la carta a los Efesios: “El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.” Esto significa que la ascensión del Señor fue el cumplimiento definitivo de las profecías del Antiguo Testamento que hablan de Su venida. En la misma forma se cumplirá la profecía sobre Su segunda venida. ¡Qué maravillosa promesa! ¡Cómo podríamos estar tristes, si la ascensión del Señor nos garantiza Su segunda venida!