Fuerza espiritual para cada día
“Por la fe habitó como extranjero.” Hebreos 11:9
Tú que anhelaa seguir con decisión el camino del Cordero, no debes sorprenderte si tu camino se vuelve solitario. Como renacido, ya no eres un extranjero a los ojos del Señor, sino un conciudadano de los santos y de la familia de Dios. Tu vida está oculta con Cristo en Dios. Y, por otro lado, tenemos el reverso de esta maravillosa realidad espiritual, que tú, aquí en la Tierra, te conviertes, cada vez más, en un extraño y un forastero. Cuanto más íntima sea tu comunión con el Señor, tanto más será el rechazo que experimentarás de parte del mundo impregnado con el espíritu anticristiano. El camino del discipulado de Jesús es muy estrecho. En el mismo, no hay lugar para un carácter que hace concesiones, ni para quien lleve alguna carga mundana, ni siquiera para el ‘yo‘. Este camino estrecho también nos separa interiormente de los parientes y amigos que no concuerdan con la senda de la cruz. Pero es el único camino que conduce al encuentro con Jesús en las nubes del cielo. De este modo, somos extranjeros y, como Abraham, miramos con alegre esperanza hacia el día de Su próxima venida. Jesús volverá - tal vez hoy mismo - repentinamente aparecerá en el cielo, nos transformará y arrebatará hacia sí a aquellos que estemos vivos sobre la Tierra. ¿Participarás tú, también, de este glorioso acontecimiento?