Fuerza espiritual para cada día
“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” 1 Tesalonicenses 5:23
Aquí se describe, en forma mucho más clara, el llamado de Dios para tu vida. Ese llamado no es algo que se realice de manera inmediata y concreta, sino que Dios te llama a una santificación cada vez más profunda. En otras palabras: Dios te llama a fin de que hagas las obras que “... Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Por eso, Pablo dice que ser santificado “por completo” incluye el llamado de Dios para ponernos a disposición del Señor totalmente. La santificación significa una intensa y constante concentración para descubrir la voluntad de Dios para tu vida. De esa forma, todas las fuerzas del cuerpo, del alma y del espíritu serán movilizadas, preparándote para la meta y para la finalidad que Dios planeó para tu vida. Generalmente no nos preocupamos mucho por la expresión “santificación”. Sin embargo, yo pregunto: ¿Estás dispuesto a pagar el precio de la santificación? La misma producirá grandes restricciones en todos tus intereses terrenales, pero te compensará con un enorme incremento de todos tus intereses en la causa de Dios.