Fuerza espiritual para cada día
“Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.” Apocalipsis 3:8
¿A quién le dio el Señor esta puerta abierta? ¡A aquél que tiene poca fuerza! Este es un mensaje lleno de esperanza para todos aquellos que no la tienen y que se sienten débiles. Apodérate del poder del Espíritu para tener un atrayente testimonio de vida. Es la forma en la que Dios se glorifica en la debilidad. Piensa en esto, tú que tanto procuras fortalecerte y tener una sensación de poder. Muchas veces pedimos lo contrario de aquello que Dios nos quiere dar: “Porque mi poder se perfecciona en la debilidad.” O como dice también: “El debilitó mi fuerza en el camino.” Ahora, ¿por qué el Señor no está interesado en nuestra propia fuerza? Porque nuestro poder solamente produce cosas temporales. Pero el poder del Señor produce cosas eternas. Por eso nos es preciso debilitarnos, ya que nuestra propia fuerza es un impedimento para que el poder y la fuerza de Dios se manifiesten en nuestra vida.
El también otorga esta puerta abierta a aquellos que permanecen en Su palabra. ¡Son muy pocos los que permanecen fieles a toda la Biblia! Sin embargo, ¿qué dice el Señor? “Pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.” ¿Estás dispuesto a ser juzgado, en forma cada vez más profunda, por la Palabra? ¡Dios no espera que tú le muestres tu poder, El espera que le muestres tu obediencia!