Fuerza espiritual para cada día
“Antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso.” Romanos 3:4
¡Estas son palabras muy duras! Cuando nace una criatura se acostumbra a decir que “vio la luz del mundo”. Sin embrago, sólo consigue ver el brillo efímero de este mundo. La luz que se desprende de los hombres es pasajera. Sólo aquél que vive en Jesucristo tiene “la luz” y comienza a ser la luz del mundo. De esa forma, es imposible ser engañado. Cuando se viaja en automóvil y está oscuro, y de pronto se ven los postes blancos con pequeñas “luces” a la vera del camino, es posible ser engañado. Cierta vez, alguien que viajaba conmigo en el automóvil me dijo: ‘¡Qué bien iluminado!” Yo le respondí: ‘¡No! ¡Eso es sólo un reflejo! Los postes únicamente iluminan cuando reciben la luz de algún automóvil”. Curiosamente, también reparé en que muchos cristianos sólo son una luz mientras se bañan a la luz de otros. Esa es la razón del naufragio de muchos que, en realidad, creen pero, interiormente, están derrotados y sufren recaídas. ¿Por qué sucede esto? Porque no tienen una verdadera comunión vital con el Señor Jesucristo. Si tú precisas vivir de las experiencias de otros creyentes, continuarás interiormente en oscuridad. ¿Es este tu problema? Mira a Jesús, permite que Su luz brille a través tuyo, confiando personalmente en El de todo corazón.