Fuerza espiritual para cada día
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.” Romanos 12:1
¿Hacia dónde conduce el camino del verdadero servicio? Lleva hasta Jesús. “Si alguno me sirve, sígame...” Este es el camino que tiene menos problemas. Quien anda por él, pertenece a “los que siguen al Cordero por dondequiera que va.” Los problemas surgen de los conflictos. Los conflictos nacen del “yo”, porque el “yo” no quiere servir, sino dominar. Por consiguiente, aquél que quiere seguir el camino del servicio, primero tiene que andar en el camino con Jesús. De esa forma se libra de su orgulloso y obstinado “yo”. ¿Cuál es el comienzo de este camino? La Escritura también nos contesta esto; Jesús dijo más adelante: “Donde yo estuviere, allí también estará mi servidor.” ¿Dónde estaba El? ¡Estaba en la cruz! Así como El se entregó sin reservas como sacrificio vivo en la cruz, así comienza el camino de servicio y el ministerio de cada discípulo de Jesús. Todo comienza con el sacrificio de uno mismo sobre el altar, es decir, en la cruz. Todo servicio que no es practicado a partir de la cruz, es vacío e infructífero. Pero todo servicio que se hace a partir de la posición de estar crucificado con Cristo, contiene ilimitadas posibilidades de bendición.