Fuerza espiritual para cada día
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.” Juan 1:12
En el nombre de Jesús reside un poder especial, ilimitado y salvador. ¡Solamente la fe puede comprenderlo y experimentarlo! Caso contrario, ¿cómo sería posible ser salvo de la muerte eterna sencillamente invocando su nombre por la fe? Sin embargo, el profeta Joel dice exactamente eso: “Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo.” Esa persona es también salvada del poder de las tinieblas: “El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas.” Debido al poder del pecado, cada persona está bajo el poder de Satanás: “El que practica el pecado es del diablo.” Mas en cuanto la persona invoca el nombre de Jesús, creyendo en su poder salvador, las cadenas que lo sujetan se rompen. Satanás pierde el poder sobre esta persona, él ya no puede tocarla: “... todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquél que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.” Ya que aquel que toca a un renacido, toca al mismo Señor: “Porque el que os toca, toca a la niña de su ojo.” ¡Por tanto, aquél que invoca el nombre de Jesús por la fe, reivindica para sí y toma posesión de toda la victoria de Jesús!