Fuerza espiritual para cada día
“Pero Jesús no le respondió nada.” Lucas 23:9
¡Misterioso, conmovedor e impresionante es este silencio del Señor! ¿Por qué no respondió nada a estas falsas acusaciones? Sólo existe una respuesta: Jesús estaba convencido: ¡El Padre sabe mi situación! También Moisés, en otros tiempos, cuando fue atacado duramente por sus propios hermanos, permaneció callado y no abrió su boca. Pero el Señor lo justificó. Nosotros también somos llamados a seguir el ejemplo de Jesús en situaciones semejantes, esto quiere decir, no responder a injuria con injuria, sino permanecer callados. ¡Cuánta destrucción puede resultar de una única palabra! ¡Por lo tanto, nunca combatas carne con carne! No tienes que preocuparte de tu reputación, tampoco de cómo juzguen tu carácter, porque El Señor te conoce y El te juzga. Tu te causas un enorme daño si tratas de beneficiarte, o bien, de salvar tu prestigio. ¡Por lo tanto, calla! Una dura respuesta apaga el suave hablar del Espíritu Santo. ¿Eres incomprendido, menospreciado? ¿Tus buenas intenciones son mal interpretadas? Esto no te daña. Dios mismo te promete en Su Palabra: “No prosperará ninguna herramienta que sea fabricada contra ti. Tú condenarás toda lengua que se levante contra ti en el juicio.”