Fuerza espiritual para cada día
“Y te será dado un nombre nuevo, que la boca de Jehovah otorgará.” Isaías 62:2
El que usa el nombre del Señor con un corazón purificado y lleno de fe experimentará que, de esta manera, Satanás será ahuyentado como un relámpago. Ninguna fuerza maligna puede sostenerse delante de este precioso y maravilloso nombre. Abram estuvo mucho tiempo solo con su mujer Sarai. Ellos creyeron en la Palabra de Dios. El les había prometido que haría un gran pueblo de ellos. Ellos esperaron décadas y permanecieron obedientes; confiando en su Dios. Entonces, llegó el momento en que Dios pudo renovarlos. El dijo a Abram: “Ya no se llamará más tu nombre Abram; tu nombre será Abraham.” En otras palabras: Ahora aún eres uno, pero yo te multiplicaré millones de veces. Cuando la Palabra de Dios entra en nuestros corazones y cuando obedecemos, por la fe, ignorando todas las evidencias en contrario, la demanda de Dios: “Camina delante de mí y sé perfecto”, entonces, el Señor nos transformará y no estaremos más solos. Lo lindo en esto es que Dios no sólo toma a Abram y lo transforma en un Abraham; no, El tranformó también a Sarai, dándole el nombre de Sara. Para Dios el matrimonio es un todo. ¡La estructura ideada por Dios del matrimonio, es que el esposo y la esposa anden juntos, y los dos anden, al mismo ritmo, con el Señor!