Fuerza espiritual para cada día
“Sin embargo, he aquí que yo la persuadiré, la llevaré al desierto y hablaré a su corazón.” Oseas 2:14
¡El Señor quiere hablar con nosotros! Un verdadero hijo de Dios está conciente de esto y no se enoja cuando el Señor, repetidamente, coloca delante de sus ojos un cartel rojo de alerta: “¡Para! Descansa un poco!” “Estad quietos y reconoced que yo soy Dios.” En otras palabras: ¡Piensa un poco! ¡Oh, esas horas solemnes y bendecidas a los pies de Jesús! La impaciencia con respecto a las situaciones exteriores y a las personas, muestra cuán poco somos capaces de aquietarnos interiormente delante del Señor. ¿Cuánta paciencia tenemos? ¡Tanto, hasta que necesitamos de ella! Pero la Biblia habla de paciencia con alegría. En el versículo de arriba leemos que el Señor lleva a Su pueblo al desierto, para hablarle al corazón. El desierto es silencioso. “Tened por aspiración vivir en tranquilidad.” Sólo así seremos capaces de llegar hasta el santuario. ¿Tienes paciencia para esto? Sé bien sincero: ¿No sientes una gran voluntad de trabajar y te sientes lleno de energía en el momento en que te pones a orar? ¿Cuánto tiempo estuviste hoy, en oración, en la presencia del Señor? ¿Realmente se acalló tu interior de modo que El pudiera hablar contigo? Permite que esta palabra del Señor sea una señal de alerta para ti, porque El quiere hablar contigo. Entonces desaparecerá el stress, el nerviosismo, y comenzarás el día como una persona que está por encima de las circunstancias.