Fuerza espiritual para cada día
“Pero la senda de los justos es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que es pleno día.” Proverbios 4:18
Observé el poder de la luz en ocasión de una visita a los EE.UU.. Allí las lámparas del alumbrado público aumentan la intensidad de la luz conforme la oscuridad va llegando. Esto sucede automáticamente. Cuando el sol aún no se ha puesto, casi no emiten luz. Pero cuando la oscuridad aumenta, más y más, sobre la ciudad, la luz se torna cada vez más fuerte. Observando esto, pensé: Esta es nuestra situación en el tiempo final, la cual se torna cada vez más oscura. Somos llamados a ser: “... la luz del mundo.” Luz es fuerza. Si, realmente, en tu corazón se ha encendido “la brillante luz del evangelio”, entonces, cuando la noche caiga sobre nosotros, esa luz resplandecerá con mayor intensidad. Los tiempos de la historia eclesiástica, en que la iglesia estaba ligada al estado, fueron muy peligrosos para los hijos de Dios. Era una luz artificial la que iluminaba la oscuridad del paganismo. Las personas fueron cristianizadas pero no evangelizadas. ¡Pero nosotros hoy, como hijos de Dios – más que cualquier otra generación de la Iglesia de Jesús – tenemos la tarea de hacer brillar nuestra luz con cada vez mayor intensidad, porque la oscuridad aumenta cada vez más!