Fuerza espiritual para cada día
“Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá.” Juan 11:25
¡Qué maravillosa promesa para los hijos de Dios! El creyente vive eternamente, pues tiene la vida eterna “dentro de sí”. Cuando cierre aquí sus ojos, “no verá muerte”, de acuerdo a la explícita promesa del Señor Jesús. Sólo Jesucristo tiene el poder de ignorar la muerte como si ella no existiera. Dijo de la hijita de Jairo: “La muchacha no ha muerto, sino que duerme”, y de Su amigo muerto, Lázaro: “Nuestro amigo Lázaro duerme.” De los renacidos que esperan el arrebatamiento, pero que ya no están aquí en la tierra, Pablo dice que duermen. Esto quiere decir que, respecto a su existencia terrenal, duermen, pero viven delante del trono de Dios. Jesucristo nos garantizó esto por Su resurrección. “¡Sorbida es la muerte en victoria! ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?” Jesucristo ha resucitado verdaderamente, de modo que de un hijo de Dios que ha fallecido podemos decir: No ha muerto; vive en el Paraíso en indescriptible felicidad.