Fuerza espiritual para cada día
“Su divino poder nos ha concedido todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad por medio del conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia.” 2 Pedro 1:3
Las palabras “todas las cosas” expresan que el poder de Dios está presente en todas las situaciones de nuestra vida. Si este poder de Jesucristo mora en nosotros, también irradiará de nosotros. Por eso, debería haber un poco más de brillo en los ojos de los hijos de Dios, pues los ojos son la lámpara del cuerpo. Sabemos que existen llaves de luz con las cuales se puede regular la intensidad de la misma. Sin embargo, en muchos creyentes la “llave” está puesta a una intensidad tan baja que la luz queda muy débil. ¿Por qué? Porque el poder de Jesús no mora en ellos por la fe y, por lo tanto, no se puede hacer efectivo en su debilidad. Es algo terrible que todo en tu vida permanezca siendo mera teoría porque no conoces verdaderamente al Señor ni el poder de Su resurrección. Sin embargo, este maravilloso poder espiritual, que ahuyenta también la fatiga física, quiere ser efectivo en nosotros. No debemos estar excluidos de este poder de Dios, revelado en Jesucristo, sino que debemos estar directamente conectados a él. ¡Por eso, demos gracias al Señor por el poder que El nos ha dado!