Fuerza espiritual para cada día
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.” Juan 5:39
Existen personas que dicen: “Yo voy a la iglesia. Eso me alcanza.” ¿Quién habla así? En general, aquellos que están satisfechos con la predicación del domingo. Con “cristianos” de ese tipo se saca la conclusión que, excepto por una cierta religiosidad, su deseo está orientado hacia otras cosas. La persona que no tiene hambre de la Palabra de Dios, pese a llamarse cristiana, debe preguntarse si es nacida de nuevo.
A las personas así les gustaría mucho eliminar la división que existe entre el mundo y el discipulado de Jesús. Puede que entonces tú te preguntes con indignación: ¿Pero ya no se puede disfrutar de la vida? ¿No se puede ir al cine, ver una buena película, o ir a bailar? A eso te respondo: Ve todas las veces que tu corazón tenga necesidad de eso. Pero sabe que ése es precisamente el termómetro que muestra hasta qué punto tú tienes a Jesús en realidad. Aquel que verdaderamente es nacido de nuevo, ya no puede correr atrás del mundo, por el contrario, para tal persona Jesucristo se ha convertido en el contenido y la meta de toda su vida. Por eso, El hecha fuera todo lo que pueda impedir el seguir en dirección a esa meta.