Fuerza espiritual para cada día
“Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.” Efesios 5:16
Es contradictorio lo que vemos hoy en día: el hombre moderno lucha con el tiempo y se queja de la falta del mismo, pese a que puede hacer muchas cosas más rápido con el auxilio de las máquinas. El tiempo es un concepto relativo. Alguien puede producir en pocos minutos lo que a otro le lleva horas realizar. Cuando Pablo dice que debemos aprovechar el tiempo, quiere enfatizar que debemos transformar nuestro tiempo limitado en valores eternos. ¿Cómo sucede esto? Primeramente, por medio de una fiel vida de oración. No debemos orar ocasionalmente, sino en forma fiel y regular. Daniel, en su época, redimía su tiempo de manera extraordinaria. Los valores eternos en la vida de este hombre se ven con claridad. ¿Por qué? Porque él era un hombre de oración. El oraba tres veces al día, y lo hacía en un horario determinado. Por eso, las cosas eternas e infinitas brotaban y acontecían en su vida.
Una persona que ora también está en condiciones de aquietarse. Eso es algo a lo que el enemigo tiene gran temor, ya que Pablo dice: “para que vivamos quieta y reposadamente.” El Espíritu de Dios nos habla en el silencio, nos convence y nos disciplina, y nos lleva a buscar la purificación de los pecados del pasado que ya habíamos olvidado, por medio de la sangre de Jesús.