Descripción del producto
El deber más difícil del creyente: ¡Por nada estéis afanosos! ¡No se preocupen por nada! A causa de la grandeza de Dios no necesitamos preocuparnos. Si seguimos cargando con nuestras preocupaciones nos creamos muchos problemas sufrimientos e intranquilidad. Por qué no debemos preocuparnos…