¿Qué sucede con los no alcanzados?

Pregunta: En la India, China, etc. existen muchas personas que no tienen ninguna posibilidad de escuchar acerca de Jesús. Muchas de ellas ya murieron. ¿Están perdidas estas personas?

Respuesta: Si usted es hijo de Dios, usted no debería decir jamás que esta gente no podía o que no puede ser alcanzado con el Evangelio. Alcanzar a esa gente es justamente la gran tarea de la Iglesia de Jesús, la última orden de nuestro Señor: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñandoles que guarden todas las cosas que os he mandado” (Mateo 28:19-20a). Si la totalidad de la Iglesia de Jesús en la tierra fuera una Iglesia misionera obediente entonces –de acuerdo a la voluntad del Señor– nuestra generación proclamaría el Evangelio a esta generación en todo el mundo. Pero el que no cumple con esta orden del Señor como renacido, acumula sobre sí una gran responsabilidad. Por eso trabajamos empleando todas las fuerzas de nuestro ser, mientras tengamos aliento, para llevar el Evangelio a quienes todavía no lo han escuchado: “Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres...” (2 Cor.5:11). ¿Para qué? ¡A que crean!

Además usted parte de un punto de vista equivocado en su manera de considerar este asunto, ya que pregunta si se pierden todas las personas que no han escuchado el Evangelio. Estas personas no se perderán algún día sino que ya están perdidas: “No hay justo, ni aun uno” (Rom. 3:10). Pero pueden salvarse cuando no-sotros les llevemos el mensaje a ellos. Esta es nuestra tremenda tarea, la finalidad de nuestra conversión, el sentido de nuestra corta estadía sobre la Tierra, la meta de nuestra fe.

Wim Malgo

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