¿Tendré parte en el arrebatamiento?

Pregunta: Tengo miedo de que, cuando venga el Señor, yo no haya sido bautizado en el Espíritu Santo. Hace muchos años ya que lo solicito en oración, pero aún no lo he experimentado a pesar de que amo a mi Señor de todo corazón y Él me permitió experimentar un claro nacimiento.

Respuesta: Usted ha sido confundido con esa doctrina acerca del bautismo con el Espíritu Santo, porque si usted ha experimentado un nuevo nacimiento genuino, como usted lo testifica, entonces esto sucedió únicamente por el bautismo del Espíritu Santo: “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo…” (1 Co. 12:13). “…nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo” (1 Co. 12:3). “En él también vosotros , habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa” (Ef. 1:13).

La equivocación respecto al bautismo del Espíritu ocurre cuando uno confunde conceptos bíblicos. Esto en sí no sería tan grave, ya que el Señor, en primer lugar, no considera sí sabemos o no los hechos bíblicas claramente sino que mira cuál es la posición de nuestro corazón para con Él. Pero lo malo y lo que lleva a la equivocación es el falso dogma del bautismo del Espíritu. Por eso lo digo otra vez: el bautismo del Espíritu coincide necesariamente con el nuevo nacimiento (cfr. 1 Co. 12:13; Ef. 1:13; Ro. 8:16; 2 Co. 1:21–22): Pero la plenitud del Espíritu Santo, cada uno la recibe en la medida de su obediencia a la fe conforme a la tarea que tiene que llevar a cabo. Esta llenura del Espíritu Santo, muchos siervos y siervas de Dios la han experimentado; yo también varias veces lo experimenté, por la gracia de Dios. Más si esta experiencia no se repite vez tras vez, y siempre más profundamente, volvemos a endurecernos, y luego se agota la fuente. Por eso, leemos repetidas veces en los Hechos de los Apóstoles que los creyentes fueron llenos del Espíritu Santo (Hechos 4:8. 31, 6:3,5; 7:55; 11:24; 13:9). Aquí no se habla de Pentecostés que es un acontecimiento único dentro de la historia de la salvación sino de un ser lleno del Espíritu Santo que se repite. El dogma equivocado de la llamada “segunda bendición” abarca grandes peligros: hay quienes llegan a ser tan seguros de sí mismos, que se sienten mejor calificados que otros creyentes que tal vez son más llenos del Espíritu Santo, pero sin poder señalar una experiencia especial que hayan tenido ni tampoco mostrar dones extraordinarios. Estos últimos son puestos, igual que usted, en incertidumbre y miedo, y esto sin razón. Pero cuando andamos por el camino bíblico, luchando y orando por más llenura del Espíritu, permitiendo que seamos juzgados más a fondo, quedaremos guardados de la altivez y del miedo. Porque el que es más lleno del Espíritu de Dios es el más humilde. Una persona así tiene un solo anhelo: el de engrandecer a Jesús. El Espíritu Santo Juzgará y compenetrará cada área de su vida.

Wim Malgo

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