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Cada vez que miro el noticiero siento la misma impresión la humanidad está entrando en un camino sin esperanza y los senderos que toma son todos equivocados. Porque menciona más que nunca la paz pero a la vez invierte tiempo y recursos organizando marchas y eventos multitudinarios y entregando premios Nobel cuando nada de eso la lleva a su esperado destino: La Paz.
Lo que viene a mi mente es el verso bíblico que dice: “Cuando estén diciendo: «Paz y seguridad » vendrá de improviso sobre ellos la destrucción como le llegan a la mujer encinta los dolores de parto. De ninguna manera podrán escapar.”
Hoy se ha logrado firmar tratados de paz más que en ningún otro tiempo pero ¿eso ha cambiado algo?... no pero aún así se sigue firmando tratado tras tratado. Las organizaciones internacionales como la OEA la ONU la OTAN la UNASUR y tantas otras promueven la paz y la seguridad pero poco y nada han logrado con sus discursos. Aún entre ellos mismos hay rivalidad y controversia.
Por haber perdido la paz con Dios el hombre está obligado a estar en pie de guerra en continuo enfrentamiento porque la verdadera paz ningún hombre la puede ofrecer. Sólo Aquél que dijo: “La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo” tiene el poder y la autoridad de otorgarla.
Si eres sincero contigo mismo tendrás que admitir que nunca te han interesado estas palabras ni lo que Dios te dice ¡pero hoy eso puede cambiar!
Como dije todo lo que sucede en este mundo es consecuencia de la ausencia de la paz de Dios y tu vida no es una excepción. Ni tú ni tu entorno se libran de las discordias las peleas las depresiones y el desánimo.
¡Las decisiones que tomes en esta vida tendrán consecuencias eternas!
Hace un tiempo un joven me dijo “… si me muero todo se termina se me acaban los problemas”. ¡Qué equivocado estaba! La Biblia dice: “… está establecido que los seres humanos mueran una sola vez y después venga el juicio…”
La Palabra de Dios dice que “por cuanto todos los hombres pecaron están separados de la gloria de Dios”. Que “el pago por el pecado es la muerte”. Pero esa deuda la pagó Jesús muriendo por nosotros en la cruz. Y como Él es la vida no permaneció en la tumba sino que resucitó y ¡hoy vive! Él dice: “... porque yo vivo también ustedes vivirán.”
Acerca de Él está escrito:
“Por medio de Jesús Dios hizo que todo el universo volviera a estar en paz con él. Y esto lo hizo posible por medio de la muerte de su Hijo en la cruz.”
Sólo si pones tu confianza en el Señor Jesús y crees en Él de todo corazón tendrás la verdadera paz la vida eterna y una nueva esperanza.
Cuando tomas esta decisión tienes “el derecho de ser hijo de Dios”. A partir de ahí vivirás esperando el glorioso momento de algún día ver a tu Señor cara a cara.
Ya nada te impedirá obtener la paz en tu corazón. El paso más importante de tu vida puede ser el que des en los próximos minutos.
¡No esperes más acepta a Jesucristo y disfruta de su paz!
Tratado Evangelístico (100 unidades) COLORIDO