¿Romper el contacto con los propios hijos incrédulos?
Pregunta: Para no perder a sus hijos, muchos padres creyentes se adaptan a sus convicciones. Yo tengo otra opinión. Creo que se debe abogar por sus propios puntos de vista, incluso para con hijos adultos, pues de no ser así uno los acepta a ellos con sus ideas equivocadas. ¿Actúo correctamente si yo siendo la madre rompo el contacto con mis hijos incrédulos que no me quiere escuchar?
Respuesta: ¡Usted como madre, bajo ninguna clase de circunstacias, debe permitir que se rompa el contacto con sus hijos! Estando embarazada, usted los llevaba debajo de su corazón, y si ellos ahora no quieren escuchar sus exhortaciones, practique el viejo método aconsejado por el apóstol Pedro: “para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa” (I Pedro 3:1b–2). Pues sus hijos no pueden impedir que usted, la madre, ore por ello. Y si usted, en esta actidud de oración, trata con sus hijos, entonces un irresistible poder de convicción emanará de su vida. Por lo tanto, no rompa nunca el contacto con sus hijos –esto sería el camino de la menor resistencia– sino más bien ruegue encarecida y sacerdotalmente en oración delante de Dios por ellos, recordándole siempre al Señor, por la fe, Su promesa: “cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa” (Hechos 16:31).
Wim Malgo