La alimentación de los cinco mil: ¿el pan no era realmente pan?

Pregunta: En un curso bíblico sobre Juan 6:1-15, acerca de la alimentación de los 5000 mil, el pastor principal explicó que se trató de una alimentación espiritual y no real, análoga con el pan espiritual del que se habla en la segunda parte del capítulo. Además dijo, entre otras cosas, que hay que tener el coraje de dejar en claro que en realidad no sobraron doce cestos de pan.

Respuesta: Esta interpretación suena realmente intelectual, pero no es espiritual. Aparentemente su pastor, a quien desconozco todavía, es un hombre natural, y por eso debe llegar a tales conclusiones sobre Juan 6:1-15, pues Pablo dice en I Corintios 2:14: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locuras, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”. Pero si alguien no tiene el Espíritu Santo, esta persona tampoco puede discernir espiritualmente sino a lo sumo mental o intelectualmente. Mas un hijo de Dios que ha experimentado y probado que el Señor es bueno y bondadoso y que luego debe escuchar cosas huecas como esta, queda profundamente consternado y se va con las manos vacías. Es una cosa tremenda que haya tales “señores pastores”, pero aún más grave es que a personas así les confían la Iglesia de Jesús como predicadores y pastores, y que ellos ahuyentan al rebaño y lo echan a perder. Si ese pastor, como usted escribe, dice que hay que tener el coraje de explicar que no sobraron doce cestos de pan, entonces le replicaría cortesmente: señor pastor, tenga usted el coraje de dejar de ser pastor, ya que usted no tiene el derecho a esto y es completamente incompetente para este oficio, ya que no está dispuesto a cumplir con el primer requisito básico para ser un predicador del Evangelio: este requisito es creer incondicionalmente en la Palabra de Dios, inspirada por el Espíritu Santo, infalible en su texto original. No­sotros –y algunos de sus oyentes– nos hemos decidido a favor de esta actitud y, por la gracia de Dios y Su Palabra viva, llegamos a ser hombres nuevos. El hecho de que usted y nosotros no nos podemos acercar el uno al otro en cuanto a nuestros puntos de vista tiene por razón que usted se aferra a la sabiduría de los hombres. Usted aceptó así no más lo que le enseñaron los profesores.

Pero, ¿ha leído usted alguna vez lo que Dios hizo con el llamado resultado de la investigación científica? Esto consta en I Corintios 1:19-21: “Pues está escrito: destruiré la sabiduría de los sabios y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios , el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación”. Por eso queremos permanecer sencillos en espíritu y, como está escrito en Colosenses 2:8, no dejar que alguien nos engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo. Confesamos juntamente con Dora Rappard:

Cinco panes y dos pececillos–
pero Jesús estaba presente,
un ayudador en las tribulaciones,
un Salvador fuerte y libre.
Tú, mensajero de Dios,
sal a la obra con Él como tu guía
y trae a casa de Su bendición
doce cestos de pedazos.

W.M.

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