¿Existen influencias demoníacas o no?

Pregunta: De parte de un hermano creyente, nos fue dicho que es completamente carente de sentido hablar de los demonios y que ya no existen influencias y ataques demoníacos. Por eso, es absolutamente inútil hablar sobre ataduras demoníacas con personas atadas. Lo único que hay que hacer es tomar posesión de la victoria de Jesús en todas las aflicciones.

Respuesta: Aparentemente, aquel hermano nunca ha leído lo que está escrito en Efesios 6:12: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. O si él tiene el oficio de ser consejero espiritual, lo ejerce de un modo muy superficial y negligente. No podemos conformarnos con tal método del avestruz, aunque sea mucho más cómodo hacerlo. Déjenme anticipar: ¡la victoria de Jesucristo sobre todos los poderes y todas las potestades de las tinieblas es una realidad ilimitada! “Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz” (Col. 2:15). Pero esta victoria requiere ser aplicada muy conscientemente, porque el enemigo, sea un príncipe, un poderoso, o un espíritu malo o impuro, se retira solo al ser confrontado muy concretamente con la victoria de Jesús. Es lo mismo que con la salvación eterna: el hecho que Jesús quitó los pecados del mundo entero, no sirve al individuo si este no aplica el hecho de la salvación personalmente. Cuando Josué, encabezando al pueblo de Israel, entró a Canaán, él sabía acerca de la promesa del Señor: “Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestros pie” (Josué 1:3). A pesar de esto, tuvo que derrotar, paso a paso, a un enemigo tras otro en virtud de esta victoria ilimitada del Señor. Hasta tuvo que poner sus pies sobre el cuello de sus enemigos. Así tomó posesión de la victoria regalada por el Señor, y de esta manera, fue conquistada la tierra de Canaán. Muchos hijos de Dios siguen estando atados a poderes oscuros heredados, tales como pensamientos de blasfemia, poderes impuros, demonios de depresión o suicidio, etc. La causa es su ignorancia de ley de victoria de Jesucristo. ¡La victoria debe llegar a donde está el enemigo! Esto quiere decir: debo humillarme muy concretamente delante del Señor por cada atadura demoníaca y sus causas, y luego desatarse otra vez muy concretamente de esa determinada atadura demoníaca con base en la victoria de Jesús. Así, el Señor podrá ensanchar también tus fronteras y “Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos” (Is. 33:17). Con asombro, te darás cuenta cuántos amplios campos, aún desconocidos, de la gloria de Jesús se abrirán delante de tus ojos.

Muchas veces, me contristó profundamente encontrarme con fieles siervos y siervas del Señor que no tenían conocimiento de estas cosas y seguirán siendo molestados por “complejos”, “neurosis” y “pensamientos forzosos” los cuales, en el fondo, son terribles ataduras demoníacas. No, con relación al enemigo, queremos decir juntamente con Pablo: “…pues no ignoramos sus maquinaciones” (2 Co. 2:11b). Y con vistas a la victoria de Jesús: “El Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies” (Ro. 16:20). Prestemos, por eso, atención a la seria advertencia de Números 33:55: “y si no echareis a los moradores del país de delante de vosotros, sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos y por espías en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros habitareis”.

Wim Malgo

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