¿Cómo puedo tener victoria sobre la impureza?
Pregunta: ¿Con alguna frecuencia tengo oportunidad de leer la revista “Llamada de Medianoche”. Ahora la palabra sobre Josué me habló muy personalmente y me descubrió mi impureza en pensamientos. Ya soy mayor, y hace décadas que estoy bajo la Palabra de Dios. Lo vergonzoso para mí es que Satanás, vez tras vez, me agarra en este punto y contamina mis pensamientos. A pesar de que oro, no estoy libre hasta ahora. Ahora me fue dado de que debo confesar este pecado mío también a una persona, lo que no quería hacer.
Respuesta: La Escritura dice en I Juan 1:9: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarlos de toda maldad”. Y en el versículo 7 dice muy claramente: “…y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.”
Lo que usted ahora debe hacer es : ¡Resistir por la fe ! Usted ya no debería orar que el Señor le quite este pecado sino usted debe resistirlo por la fe. Esto quiere decir: Agradezca al Señor Jesús por la salvación consumada en la cruz del Gólgota y por Su victoria precisamente, también sobre este pecado de impureza. Cuando le asalte la aflicción y usted ya no pueda resistir, no obstante puede hacerlo por la fe, porque el Señor oye a Sus hijos cuando ellos, por la fe, le agradecen por Su victoria conquistada. Comience a practicarlo, y un gran gozo entrará en su corazón, ya que 1 Corintios 15:57 tiene plena validez. Además, los pensamientos constituyen un poder. Entregue al Señor el gobierno sobre sus pensamientos, tal como está escrito en 2 Corintios 10:4-5 “…las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, refutando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia en Cristo.” Asumiendo esta actitud de fe, usted no puede impedir que un pájaro sobrevuele usted, ¡pero sí puede impedir que construya un nido sobre su cabeza! Igualmente usted no podrá evitar que de repente le asalte un pensamiento impuro, pero usted es responsable en cuanto a si este pensamiento podrá o no hacer un nido en su persona.
Wim Malgo