Un dilema increíble
Como era de prever, los rehenes secuestrados por Hamás se han convertido en una gran dilema para Israel. Hamás sabía esto, por eso planificaron secuestrar el mayor número posible de personas. Los dirigentes de Hamás son conscientes de su inferioridad militar frente a Israel, pero con los rehenes tienen un arma poderoso en sus manos, con el cual incluso logran dividir al pueblo israelí.
Israel ha hecho varios intentos para liberar a sus rehenes por medios militares y tuvo éxito en algunos casos. Pero en la última acción de liberación, los terroristas de Hamás dispararon a seis rehenes encerrados en un túnel cuando se dieron cuenta de que los soldados israelíes se acercaban al escondite. Al parecer, asesinar a los rehenes se ha convertido en una nueva táctica de Hamás para disuadir a Israel de nuevos intentos de liberación. Además, haciendo esto consigue dividir aún más al pueblo israelí.
El gran punto de discordia en Israel es este: ¿qué es más importante? ¿la liberación de los rehenes mediante un acuerdo o la victoria total sobre Hamás?
Amplias zonas de la Franja de Gaza yacen en ruinas, pero esto no parece impedir que los responsables de Hamás continúen su guerra contra Israel hasta el amargo final. Los cabecillas de la organización terrorista han aprendido en el pasado que hay suficientes “necios” que les darán el dinero para reconstruirlo todo. Por eso, lo único que les importa es mantenerse en el poder.
El precio que exige Hamás por la liberación de los rehenes es, en pocas palabras: la retirada completa del ejército israelí de la Franja de Gaza, combinada con garantías internacionales de que Hamás seguirá en el poder allí. Esto significaría la capitulación de Israel y la victoria de Hamás. Es obvio que Israel no puede aceptar algo así.
El gobierno israelí se encuentra en un dilema increíble. La situación es insoportable para las familias de los secuestrados. Sus demandas de un acuerdo para liberar a los rehenes son comprensibles. Es difícil saber qué ocurrirá a continuación en Gaza. Y eso no es todo. En el norte, el conflicto con Hezbolá en el Líbano también espera una solución, que parece aún más lejana que en el sur. No se sabe lo que pasará si Israel se ve obligado a invadir al Líbano.
En esta fase del conflicto es notable la considerable presencia militar de Estados Unidos en Oriente Medio: por un lado, para intervenir en apoyo de Israel en caso de emergencia y disuadir a sus enemigos; por otro lado, según lo que opinan algunos, para evitar que Israel vaya demasiado lejos y el conflicto termine en una tercera guerra mundial. El potencial para ello ciertamente está ahí, aunque parece que, en la situación actual, nadie quiere realmente esto.
Basándonos en la Biblia, sabemos que aún está por llegar una gran invasión de Israel. Hamás y Hezbolá dicen abiertamente que lo que ha ocurrido hasta ahora es solo el preludio de algo mucho mayor. Un año terrible llegó a su fin el 7 de octubre, y no hay final a la vista.
Solo con la mirada puesta en Dios y sus promesas renovamos nuestra fortaleza y esperanza que tanto necesitamos.