Tensiones en el Gobierno israelí
La relación con los ultraortodoxos ha mantenido en vilo a la sociedad israelí durante décadas, incluyendo a los políticos y al Tribunal Supremo. Los ciudadanos ultraortodoxos están exentos del servicio militar obligatorio desde la fundación del Estado. Está ampliamente aceptado que la sociedad israelí apoya a un grupo de académicos dedicados exclusivamente a los estudios religiosos. Sin embargo, este grupo ha crecido extremadamente desde la fundación del Estado. La población ultraortodoxa comprende actualmente 1.26 millones de los 9.7 millones de ciudadanos. En 2009, solo había 750,000 ultraortodoxos. En 2030, este grupo contará con al menos dos millones de personas. Debido a la grave situación de seguridad, está claro que al ejército israelí le faltarán miles de soldados el año que viene, a más tardar. En 1998, cuando el número de hombres ultraortodoxos exentos ascendía a 30,000, el Tribunal Supremo ordenó a los políticos que encontraran una solución para remediar la desigual distribución de la carga. Pero solo unos centenares cumplen el servicio militar, y no todos los exentos cursan estudios religiosos. Recientemente, el Tribunal Supremo volvió a intervenir y ordenó la movilización de los hombres ortodoxos en edad de alistarse; pero la coalición de Gobierno, que incluye partidos religiosos y ultraortodoxos, logró evitar tener que pasar a la acción. La cuestión no está resuelta. La fiscal general insiste en que hay que hacer algo. El Gobierno rechaza su autoridad. Para la sociedad israelí, se trata de una prueba de fuerza en un momento inoportuno.