Israel lucha contra las maquinaciones de la UNRWA
Muchos alaban la labor de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA). Sin duda, la UNRWA ha llevado a cabo actividades importantes. Sin embargo, también hay aspectos muy cuestionables, a los que Israel ha declarado ahora la guerra. 92 de los 120 miembros de la Knesset votaron a favor de una ley que prohíbe las actividades y servicios de la UNRWA en Israel. Como esto repercutirá en el trabajo de esta agencia en Cisjordania y la Franja de Gaza, la decisión israelí ha sido calificada de “desastre” en el extranjero. Pero Israel mira los hechos:
Un buen número de empleados de la UNRWA en la Franja de Gaza participaron en las atrocidades del 7 de octubre y se encuentran entre los secuestradores y guardianes de rehenes israelíes. Los empleados de la UNRWA reciben salarios paralelos de Hamás, mientras que las instituciones educativas de la misma son descaradamente malversadas como depósitos de armas y refugios para terroristas. Nadie en Israel se sorprendió cuando se descubrió una tarjeta de identidad de profesor de la UNRWA al lado del cadáver del líder de Hamás, Sinwar. Ya en febrero de 2024, el ministro de defensa de Israel, Yoav Gallant, declaró que casi 1,500 empleados de la UNRWA en la Franja de Gaza son miembros de Hamás o de otras organizaciones terroristas palestinas, es decir, un 12 % de los empleados. Además, la agencia apenas contribuye a la distribución de suministros de socorro, la mayoría de los cuales siguen desapareciendo en los depósitos de Hamás. Tampoco en Cisjordania se limitan los empleados de la UNRWA exclusivamente a labores educativas y asistenciales.
Varios Estados que protestan contra la decisión de Israel advirtiendo de las devastadoras consecuencias que tendría, ignoran deliberadamente que son los empleados de la UNRWA los que violan todos los principios y códigos éticos de las Naciones Unidas y que la ONU, como empleador, no solo tolera el comportamiento delictivo, sino que incluso lo protege.