Fuerza espiritual para cada día
“El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.” 1 Juan 5:12
El hecho de que una persona sea nacida de nuevo no se puede esconder, ya que Jesús dice: “Por sus frutos los conoceréis.” Si tú tan sólo eres un cristiano nominal, esos frutos no existen. Si tú eres cristiano tan sólo de nombre, entonces tienes vergüenza de confesar a Jesús y, cuando llega el momento, escoges el camino de menor oposición. “Sobre esas cosas prefiero no hablar”, dirás. Naturalmente, pues ¿cómo se puede hablar de una vida nueva, cómo se puede testificar de Jesús, si uno mismo no lo experimenta? Reflexiona un momento: ¿has nacido de nuevo en verdad o eres tan sólo un oportunista? Aquél que es renacido verdaderamente, tiene que ser testigo de Jesús, pues ve en el Señor a aquél que cargó sus pecados. Jesús es revelado por medio de palabras y hechos, durante toda la vida de una persona renacida. ¿Cómo puede suceder eso? Porque el mismo Jesús mora en el corazón de esa persona por Su Espíritu. Tal vez ahora tú argumentes: ‘Pero yo conozco ‘creyentes‘, cuyos hechos hablan tan fuerte que no puedo oír sus palabras‘. Infelizmente tienes razón. Sin embargo, estos ‘creyentes‘ un día tendrán que rendir cuentas delante del trono de Dios. Pero eso ¿cambia tu situación? ¿De qué sirve tu ‘cristianismo‘ si no vienes a Jesús hoy, si no te atreves a dar personalmente un paso de fe hacia Jesucristo?