Fuerza espiritual para cada día
“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.” Hebreos 13:8
Este pasaje bíblico irrefutable, tiene un contenido impresionante. Testifica que Jesucristo, quien derramó Su sangre, en favor de muchos, en la cruz del Calvario, para perdón de sus pecados, nunca cambia. Ayer, hoy y por toda la eternidad, El es el mismo que siempre fue, también en lo referente a Su ilimitado poder sobre el pecado, la muerte y el diablo. Nuestras aflicciones y temores vienen debido a que no nos damos cuenta de los poderes de las tinieblas a nuestro alrededor. Por eso, estamos frustrados, confusos y tímidos. Los hijos de Dios, en verdad, no tienen que luchar “contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” Además, deberíamos ser conscientes que el más fuerte está de nuestro lado: Jesucristo. El es hoy como siempre fue, a través de todos los tiempos, superior a cualquier poder que nos pueda oprimir, y lo seguirá siendo durante toda la eternidad. La grandeza de Jesús es tan absoluta que nada - a no ser Dios Padre - lo supera. ¡Para aquél que cree, por tanto, no existe poder alguno que pueda oprimirlo, que Jesús no haya derrotado, hace mucho, por Su obra consumada en la cruz del Calvario!