Fuerza espiritual para cada día
“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” Romanos 8:26
Si el Espíritu Santo realmente ora por medio nuestro, entonces, no son nuestros deseos, sino los deseos de Dios los que le gustaría cumplir. Por tanto, si el Espíritu Santo ora por nuestro intermedio, entonces, la respuesta a dichas oraciones es una garantía. Observemos en el día de hoy, y en los próximos días, seis aspectos de la oración.
La disposición para recibir.
El Espíritu Santo nos proporciona aquello que Dios nos quiere dar. Consecuentemente debemos estar dispuestos a recibir al Espíritu Santo. Muchos objetarán que ya le tenemos. Eso es verdad, siempre y cuando seamos personas renacidas, porque “nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.” Pero no siempre estamos llenos del Espíritu Santo. Por eso, es necesaria la disposición a recibir en nosotros una nueva plenitud del Espíritu que Dios nos preparó. ¿Cómo se manifiesta esta disposición? “Todos éstos perseveraban unánimes en oración...” Este es el fundamento, o sea, la condición para poder recibir al Espíritu Santo. La disposición interior para recibir, por consiguiente, es el primer paso.