Fuerza espiritual para cada día
“Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, la piedra que los edificadores desecharon, ha venido a ser la cabeza del ángulo; y piedra de tropiezo, y roca que hace caer.” 1 Pedro 2:7-8
Jesús es la piedra rechazada. Rechazada por los constructores, es decir, por los líderes espirituales. En aquel tiempo ya era así y continúa siendo así hasta hoy. Gracias a Dios él no es rechazado por todos, pero infelizmente sí lo es por muchos. Dios, sin embargo, escoge con amor y prefiere usar lo que es despreciado y rechazado. Por ejemplo, Belén: “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá.” O Nazaret: “¿De Nazaret puede salir algo de bueno?” Sobre Jesús mismo está escrito: “Despreciado y desechado entre los hombres.”
Jesús no es tan sólo la piedra rechazada, sino también la piedra escogida: “He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular...” ¡El Señor Jesús recibió plena aprobación a través de las tentaciones por las cuales pasó! Adán vivió en un mundo sin pecado, con apenas un árbol que debía evitar, sin embargo cayó. Pero el último Adán, Jesús, vino a un mundo totalmente corrupto e impregnado de pecado y lleno de tinieblas. Fue tentado de la misma manera en que nosotros los somos, pero venció. ¿Quién logra comprender la profundidad de estas palabras? Jesús resistió victoriosamente con dos armas: Primero, la Palabra de Dios - “éstá escrito” - y, en segundo lugar, por medio de la constante e ininterrumpida comunión con el Padre.