Fuerza espiritual para cada día
“A quien constituyó heredero de todo.” Hebreos 1:2
Jesucristo es el heredero de todas las cosas. ¿Y qué fue lo que heredó? Todo aquello que Adán perdió por su pecado. Hablando en términos bíblicos: Aquello que el primer Adán perdió por su desobediencia, el último Adán, Jesucristo, obtuvo por su obediencia. El es el heredero de todas las cosas. Tú puedes poseer una herencia terrenal, pero cuando mueras dejarás todo atrás. Ahora, si eres un hijo de Dios, te transformas en coheredero con Cristo. “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo.” El corazón de los hijos de Dios se regocija con este versículo. Pero, dice a continuación, en el mismo: “Si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.” “Recibir la herencia” es algo diferente a “tener vida eterna.” La Biblia promete: “El que cree en el Hijo, tiene vida eterna.” Recibimos esta vida eterna, gratuitamente, por medio de la fe en Jesucristo. Aquella persona que esté dispuesta, ahora, no sólo a creer en el Señor Jesús sino también a seguirlo, es decir, dispuesta a sufrir como él sufrió, es también coheredera. ¿Por qué tienes que sufrir tú? A través del sufrimiento, el Señor te libra de las cosas terrenales y, al mismo tiempo, te afirma más cerca de su corazón. A través del sufrimiento, maduras para la gloria.