Fuerza espiritual para cada día
“Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra.” 2 Corintios 9:8
¡El tiempo es corto! Por eso, en el nombre de Jesús, quien no se avergonzó de ti, procura dominar tus sentimientos meramente humanos y anúnciale a otros la salvación que Cristo te anunció. Si no logras hablar con voz de trompeta, entonces habla con voz suave. Si no tienes vocación para predicar, o no puedes escribir libros o folletos con el fin de propagar tu testimonio, entonces di como dijo Pedro: “No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy.” Si no puedes hablarle al pueblo desde el monte, entonces háblale como la mujer samaritana en el pozo de Jacob, en Siquem. Honra al Señor Jesús en tu casa si no puedes glorificarlo en el templo. Por favor, házlo en el campo si el mercado no es el lugar indicado. Da testimonio a tus familiares si la gran familia del mundo parece estar fuera de tu alcance. No escondas tu talento, mas bien negócialo. Así obtendrás grandes ganancias para tu Señor y Maestro. Además, mientras hablamos sobre las cosas del Señor, nosotros mismos recibimos refrigerio, los santos son fortalecidos, los pecadores son consolados y el Señor es honrado.