Fuerza espiritual para cada día
“Fortaleced las manos débiles; afirmad las rodillas vacilantes. Decid a los de corazón apocado: ‘¡Fortaleceos; no temáis! He aquí que vuestro Dios viene...”’ Isaías 35 :3-4
Esta es una promesa muy concreta para todos aquellos que están interiormente fatigados. “He aquí que vuestro Dios viene.” Normalmente el cansancio exterior se vence rápidamente, pero el cansancio interior muchas veces es bastante malicioso. No obstante, Dios nos dice, por boca del profeta Jeremías:“Porque he de saciar al alma fatigada, y he de llenar a toda alma que languidece.” Esta promesa de Dios puede cumplirse ahora en nuestras vidas. ¿Por qué podemos afirmar esto con tal certeza? Porque Dios quiere cumplir con su Promesa. Siempre hay que tener en cuenta lo que Dios quiere y lo que no quiere. El no sólo quiere dar descanso al alma fatigada y preocupada, sino que realmente ¡lo hace! No hay límites para el poder de nuestro Dios. Lo leemos en estas sublimes palabras de Isaías 40:28: “¿No lo has sabido? ¿No has oído que Jehovah es el Dios eterno que creó los confines de la tierra? No se cansa ni se fatiga, y su entendimiento es insondable.” El que está en comunión con el Dios vivo, por medio del Señor Jesucristo, está ligado con una inagotable fuente de fuerza.