Fuerza espiritual para cada día
“Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.” 2 Corintios 5:1
Debe quedar totalmente claro que solamente serán llevados con Jesús en las nubes, aquellos que acepten la muerte y la resurrección de Jesucristo. El arrebatamiento, el cual se producirá debido a la resurrección del Señor, nos lleva a poder ignorar la muerte. En otras palabras: Cuando Jesús, el resucitado, aparezca en las nubes del cielo, entonces se manifestará inmediatamente Su victoria sobre la muerte. ¿Dónde están nuestros muertos ahora? La respuesta es: En el momento en el que un hijo de Dios es llamado, su espíritu va al paraíso. Quiero remarcar que eso sucede con las personas que nacieron de nuevo. Pero su cuerpo, está esperando la resurrección, pues las bodas del Cordero no se llevaron a cabo todavía. Un hijo de Dios que duerme, que ya falleció en Cristo, será el primero en encontrarse con el Señor, ya que hace más tiempo que está esperando la resurrección. Los muertos en Cristo, entonces, serán los primeros en recibir el cuerpo de gloria. Pero el espíritu va a la presencia del Señor inmediatamente después de la muerte. El mismo goza de una bienaventuranza indescriptible, y su situación es mucho mejor que la de una persona viva. Debido al arrebatamiento, habrá una verdadera fiesta. Entonces, ellos y nosotros, todos juntos, recibiremos un cuerpo que será semejante al cuerpo de gloria de Jesús.