Fuerza espiritual para cada día
“Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.” 1 Tesalonicenses 4:14
Al final, ¿será posible que todos los renacidos sean arrebatados y quitados del mundo? ¿Cuál es la fuerza capaz de distinguir con tanta precisión quién debe irse y quien debe quedar? En una ocasión le hicieron esa pregunta a Edison, el famoso inventor de la lámpara eléctrica. Sus sabios colegas le preguntaron: “¿Cómo es posible que sólo los creyentes sean arrebatados para ir al encuentro de Su Señor?” El dijo que lo ilustraría en forma muy práctica. Tomó una caja llena de arena bien fina y la mezcló con hierro molido. Encima de la caja de arena colocó un imán muy potente. Pese a que la arena comenzó a moverse, no llegó a ningún lado. Sin embargo, las pequeñas partículas de hierro volaron en dirección al imán. Así será con el arrebatamiento. Todos aquellos que tengan la naturaleza adecuada, que estén en comunión con el Cordero de Dios, serán arrebatados. ¿Cuál es, entonces, la fuerza motriz que desencadenará este proceso? El arrebatamiento, por el cual esperamos, el cual será una irradiación del poder de la resurrección de Jesucristo. Aquel que no cree en la resurrección de Jesús, tampoco puede ser arrebatado.