Fuerza espiritual para cada día

“Por­que el Se­ñor eje­cu­ta­rá su sen­ten­cia so­bre la tie­rra en jus­ti­cia y con pron­ti­tud.” Romanos 9:28

Ya he­mos in­gre­sa­do en es­te pe­rio­do de in­mi­nen­te ren­di­ción de cuen­tas. Po­de­mos ver­lo con nues­tros ojos y oír­lo con los oí­dos del co­ra­zón, ya que no pa­sa un día en que no ha­yan ca­tás­tro­fes de cual­quier na­tu­ra­le­za. ¿Por qué? Por­que en su pre­sun­ción, el hom­bre vol­vió su lan­za con­tra Dios. Ca­si en to­das par­tes en­con­tra­mos hoy una de­gra­da­ción, una in­ver­sión de to­dos los va­lo­res, ya sea en la mú­si­ca, en el ar­te o en la mo­ral. La fe en Je­su­cris­to es qui­ta­da y se po­ne en su lu­gar la vi­da pro­pia. Con to­do, es­ta si­tua­ción ha de in­ten­si­fi­car­se has­ta la ve­ni­da del Se­ñor. Cuan­do le­e­mos el úl­ti­mo li­bro de la Bi­blia, en­ton­ces ve­mos, en for­ma pe­cu­liar­men­te cla­ra y ní­ti­da, que no es­tá le­jos el tiem­po en el que el Se­ñor se re­ve­la­rá per­so­nal­men­te, lo cual ha­rá de­lan­te de los ojos del mun­do: “He aquí que vie­ne con las nu­bes, y to­do ojo le ve­rá.” El mun­do no ten­drá más tiem­po pa­ra to­mar alien­to. Eso lo ve­mos to­dos los dí­as. Tú que bus­cas va­lo­res pa­sa­je­ros, que com­pa­ras tu si­tua­ción fi­nan­cie­ra y tu sa­la­rio con el mun­do al­re­de­dor, óye­me: qui­ta tu vis­ta del mun­do y di­ri­je una vez más tus ojos, en for­ma cons­cien­te, ha­cia Je­sús. To­ma es­ta de­ci­sión aho­ra y oi­rás al Se­ñor di­cién­do­te, co­mo si fue­ra la pri­me­ra vez: “Sí­gue­me.”

ContáctenosQuienes somosPrivacidad y seguridad